La perpetua travesía en los poemas de Los espejos de Tláloc del poeta Jorge Madrid
Este prólogo se publicó en el poemario Los espejos de Tláloc del poeta Jorge Madrid 2022
Inicio de la travesía
Éxodo y poeta, casi siempre van juntos como juntos van mito y poesía; poesía y conocimiento; poesía y humanidad, humanidad y evolución; exilio y poesía; lluvia y nostalgia, nostalgia y poema; poema y trascendencia. Juntos, también van: éxodo y travesía y de nuevo la o el poeta y su conciencia y, por ende, filosofía, ciencia, poesía, nostalgias y expectativas.
El poeta se aventura en un viaje ―sin que esté en sus planes―, de autodescubrimiento. Las realidades que enfrenta reafirman sus ideales, condensa su pensamiento y encuentra que el sufrimiento del extranjero, del emigrante, del trajinante es antiquísimo e inevitable. Nace en su cosmogonía otra visión del país, de sus raíces, de su identidad y de su origen. A esto se suma el encuentro con una idiosincrasia y una cultura heterogénea, con fuertes rizomas en la diversidad de las naciones originarias. En este viaje, el poeta, consolida su discurso filosófico y poético.
El camino del poeta se dirige hacia la creación de propuestas y críticas sociales desde la poesía. No recurriendo al panfleto, sino estableciendo reflexiones en torno a datos tomados en campo, tomados desde la observación el contexto y siendo un testigo in situó.
Sin discriminar elemento alguno. Sin ver en esos datos heroísmo alguno ni ser condescendiente con esa realidad adversa y perversa que no se oculta, categoriza, evalúa, contrasta, enuncia y expone a la crítica sus conclusiones. El poeta, como un investigador del comportamiento social, se somete a explorar actuaciones, conductas, costumbres y las vivencias diarias con sus vicios y durezas.
Es así como sus poemas pueden ser severos en fondo, pero estéticamente bien tratados en forma, como una tesis que plantea las complejidades de las circunstancias. Sin menospreciar la poesía y sin menospreciar los actores sociales con eufemismos como “hablar en los códigos de los individuos de los círculos sociales observados”. Jorge Madrid inicia esa perpetua travesía del poeta. Se detiene solo a revisar las variables que integrarán sus poemas. Gustavo Bueno argumenta en su ensayo “Poetizar” que:
Son posibles siete teorías distintas para explicar la esencia del poetizar en función de los tres componentes fundamentales de la vida psíquica. Así, una teoría enseña que la poesía es conocimiento; otra, que es sentimiento; una tercera establece que es un proceso volitivo; una cuarta que es conocimiento y sentimiento a la vez, y así sucesiva mente1.
De lo anterior planteado por Gustavo Bueno, sólo nos interesa la poesía como conocimiento. Puesto que, la poesía no es más que un proceso de la razón y está más allá de la simpleza de las emociones, sensaciones, sentimientos y percepciones. Y su fin es la verdad, la cual sólo puede ser generada por el conocimiento y el estudio de las distintas acciones de los sujetos, los contextos y los ambientes observados y testeados.
Aunque Eduardo Nicol, en su libro Formas de hablar sublime: Poesía y filosofía, propone que, para Platón en su República, la poesía y la filosofía tienen un fuerte antagonismo2 que se da por una ausencia de verdad en la primera. Sin embargo, en la actualidad, muchos autores y reconocidos divulgadores científicos, proponen que la filosofía no tiene ninguna razón de coexistencia con las ciencias, contrario al respeto que siguen mostrando a la poesía y la ven como un elemento fundamental en el desarrollo humano. En cuanto a lo que sostiene Platón, Martín Heidegger, plantea en que:
la Poesía no es ningún imaginar que fantasea al capricho, ni es ningún flotar de la mera representación e imaginación en lo irreal. Lo que la Poesía, como iluminación sobre lo descubierto, hace estallar e inyecta por anticipado en la desgarradura de la forma es lo abierto, al que deja acontecer de manera que ahora estando en medio del ente lleva a éste al alumbramiento y la armonía. En la mirada esencial puesta sobre la esencia de la obra y su relación con el acontecimiento de la verdad del ente, queda dudoso si la esencia de la Poesía, es decir, a la vez de la proyección, puede pensarse suficientemente tan sólo por la imaginación y la fantasía (Heidegger, 1992)3.
Esto implica establecer nuevos paradigmas poéticos que van más allá de los temas ya conocidos. No busca el poeta reproducir los hechos en el poema. Más bien busca entendimiento social y como diría Gustavo Bueno, “transducción” de los acontecimientos para su entendimiento y si se puede, eventual prevención, denuncia o resarcimiento.
El poema no aspira a ser una escena ni ser un paisaje ni a convertirse en una sucesión de sesgos cognitivos o falencias. Aspira a su análisis, a su estudio. No pretende verse como algo bello, si no que su pretensión es la de llevar a la lectora o al lector a la conciencia de su entorno. Todo conocimiento bien estructurado y sustentado en saberes concretos, por sí mismo, al ser transcrito a cualquier lengua, ya es bello.
En este aspecto, Heidegger es contundente cuando dice: La obra surge según la representación habitual de la actividad del artista y por medio de ella.4
Así el poeta debe de ser categórico al condensar sus ideas, experiencias y descubrimientos en el poema y en su travesía.
Presentando una breve semblanza del poeta
Jorge Madrid (Comayagua, Honduras) es poeta, articulista, extensionista cultural, activista social y defensor de los derechos de las personas en movilidad. Es licenciado en Administración de Empresas por la UNAH. Ha participado en múltiples encuentros de escritores centroamericanos, así como en talleres sobre migración organizados por la Universidad de Montreal, el Servicio Jesuita a Migrantes y la IBERO Puebla.

Ha sido panelista en CLACSO y cuenta con publicaciones en diarios de Honduras, El Salvador y Australia, además de revistas mexicanas. Forma parte de la Antología de poesía Legión Barahúnda del Movimiento Literario Lienzo Breve y ha colaborado con artículos en el medio digital El Pulso.hn.
Ha participado en diversos conversatorios de poesía en diversos encuentros de escritores en su país de origen.
También ha publicado en distintos medios y antologías poéticas.
II Los espejos

Los puentes que nos comunican con ese otro extremo de la realidad; el reflejo de esa luz tardía que nos viene a conectar con ese otro yo. Los espejos siempre están para desengañarnos y desvincularnos de esa falsa percepción que tenemos de nosotros; de esas verdades que se acumulan en esa imagen abstracta que insistimos en presentarle al mundo cubierto de múltiples antifaces.
La máscara se cae frente a los espejos. El maquillaje desaparece y solo queda frente a la existencia un rostro desnudo y vulnerable. Los espejos también son reflejo del mito y la leyenda; del folclore y el comportamiento humano; de los vacíos de la sociedad y sus mañas.
La poesía es, también, un espejo que refleja esa verdad que la sociedad no desea cuestionarse. Hidegger dice que: La verdad sólo acontece cuando se instala en el campo de la lucha patente por acción de ella misma.5
El poeta lucha en ese contexto y se convierte en ese observador y en ese investigador de las razones por las cuales ocurren los hechos. Ausculta en las acciones humanas. In- daga en eso que se oculta y que nadie quiere que se sepa. Virtudes, intereses y codicias; impulsos que muchas veces lanzan al ser humano a esa paredespejo de la poesía para que brote su monstruo interno; su demonio o su dios ingenuo.
Los espejos se vuelven pequeñas tesis lanzadas a la con- ciencia de la lectora o del lector. El poeta debe hacerlo porque no puede someterse a las pasiones del humano injusto ni a los paradigmas que las convenciones normalizan.

Los espejos y su representación mística. Su representación espiritual. Su conexión con esas otras realidades que no son simples de interpretar. Ese encuentro consigo mismo y esa negación o esa aceptación o ese viaje.
En Blanca Nieves, ese cuento famoso y reconocido, a la reina la alcanza ese terrible día la inevitabilidad de la verdad cuando pregunta: “Espejito, espejito, ¿quién es la más bella en todo el mundo?”, y la sucinta respuesta, enfrentada a la costumbre: “La más bella es tu hijastra, Blanca Nieves”. El enfrentamiento de lo establecido contra un cambio radical. El espejo es honesto y no puede evitarlo. No hay engaño, los espejos no se dan el lujo del eufemismo. Todo es llano y agreste. De nuevo se enfrenta el individuo a sus circunstancias y su estado de las cosas es rotundamente sacudido y avasallado. Los espejos siguen siendo el castigo de Narciso, pero continúan siendo una ventana a otro mundo o al yo del sueño o a ese desvinculado otro yo alterno. Tan importantes son los espejos que no se puede prescindir de ellos y algunos cuestan más que la vida de un viajero o de la gente que las sociedades injustas condenan al desarraigo. Esto lo entendieron los nativos de Mesoamérica cuando compraron espejos. Se enfrentaron al misterio de los dioses, al misterio del agua y al misterio de un “yo” reflejado en un misticismo. Un yo mucho más allá de lo tangible. Esa imagen acercando una mano al rostro y a los ojos que lo han hecho ser. Un producto escaso en ese contexto que vino a develar todo el cuestionamiento de su filosofía y su conexión con la naturaleza y sus dioses. Esos espejos se volvieron un estanque que se podía tener al alcance; el poder de Tláloc solidificado en la palma de la mano. Esa huidiza transparencia que venía del cielo y que, en esa travesía del Atlántico, llegaba a tener otra visión del ser en las ya viejas tierras del Cem Anáhuac, hoy, América.6
III Los espejos de Tláloc
Tláloc, patrono de la lluvia azteca, Tláloc deidad bienhechora y soberano de las flores y las cosechas. Sahagún en su Historia General de las cosas de la Nueva España, hace una brevísima descripción de Tláloc: Este dios llamado Tláloc Tlamacazqui era el dios de las lluvias. Tenían que él daba las lluvias para que regasen la tierra, mediante la cual lluvia se criaban todas las yerbas, árboles, y frutas, y mantenimientos. También tenían que él enviaba el granizo, y los relámpagos y rayos, y las tempestades del agua, y los peligros de los ríos y de la mar. En llamarse Tláloc Tlamacazqui quiere decir que es dios que habita en el paraíso terrenal, y que da a los hombres los mantenimientos necesarios para la vida corporal.7
Tláloc entra en los espejos y se vuelve líquido y poema.
Nacen Los Espejos de Tláloc. La travesía del poeta empezó hace mucho, pero no termina en los espejos. Esto es sólo la continuación de un viaje y de un autodescubrimiento y de miles de encuentros. Es todos los exiliados y es todo los sin tierra. No obstante, es también, todos los aspirantes a dejar una huella para que otros den un paso más allá de las cortinas de la vacuidad de la existencia. El poeta Jorge Madrid, da inicio a este libro con un poema que se aproxima a ser un haiku, pero se estructura como un poema epigramático.
El silencio
cierra los parpados
del asfalto entre las manos de Tláloc.

Pasado y futuro convergiendo para explicar esa pesadez de la existencia; ese peso que va en el pecho: plomo que curva el cuerpo, pero mantiene el atisbo de una somera esperanza. Voluntad y cordura; temperamento y carácter; responsabilidad e ingenio
La travesía del poeta en estos poemas por los espejos de un México existencial, pero vivo, se va condensando y consolidando en cada verso. No se detiene en los aparadores, no se detiene en los espejos de las vitrinas y su maniquíes. Sólo los espacios donde habita la vida turgente son de su incumbencia e interés.
Las bibliotecas se abren a su curiosidad. Avanza por cada sitio de esa urbanidad y de esa historia.
El poemario, Los espejos de Tláloc, lo constituyen cuarentainueve poemas. Entre ellos está: Hay un aullido de coyotes, en donde se encuentra el verso que da título al libro. Un poema magníficamente logrado. Sus motivos van entre lo urbano y elementos silvestres. Cualquiera podría interpretar que cuando menciona Aullido de coyotes, es una alusión al poeta Netzahualcóyotl y quizá sí. Este misterio sólo lo puede aclarar el poeta. Aunque el nombre del antiguo sabio monarca signifique: Coyote que ayuna.
La nación del hoy y las naciones del ayer convergen en un espiral existencialista en este poema que no es más que el aturdimiento de la realidad y la terrible intemperie de la vida.
El maestro José Revueltas es homenajeado en este poema. ¡Cómo evitar mencionarlo! El final del poema es total y no deja más que percibir una silueta trajinando bajo la lluvia. Citamos las tres últimas estrofas:
Hay un aullido de coyotes
en la inclemencia de los viaductos.
Los montículos alzados sobre el aliento de los muertos,
las noches de Revueltas haciendo de cada colilla,
un altar empuñado en el hastío de una ergástula.
Ciudad colmada de júbilo, absoluta;
clavicordio;
entrañable reflejo en los espejos de Tláloc.
La mayoría de los poemas son un homenaje a las calles y los lugares por donde el poeta ha andado. Visitas obligadas al Tenampa (cantina fundada en 1925), que visitan y visitaban grandes artistas de México y grandes poetas y cantantes populares como José Alfredo Jimenez, Cornelio Reyna, Pedro Infante o José José.
Esta experiencia la expone en el poema Siete veces se entra al Tenampa:
Siete veces se entra al Tenampa
y se golpea la mirada altiva de los muertos {
y se encumbra en la sal de los platos,
la soberbia de las calles,
la lisiada lengua de los elíxires;
la palidez de las ventanas ocultas en los relojes;
el humo venerado en la ceguera de una botella.
La denuncia social tiene su espacio en este libro. No se ha limitado el poeta Jorge Madrid en hacerla, pero siempre con la fineza de su verso. No hay poemas lanzados a los ojos de la lectora o el lector con arrebato. Todo ha sido con la fineza de su verso. No hay poemas lanzados a los ojos de la lectora o el lector con arrebato. Todo ha sido muy bien analizado y escrito no para presumirse poeta si no para consolidar la función y el roll del intelectual y del escritor en la sociedad actual y en la venidera:
Como un cigarro apagado sobre un mirto
Se siembra en cada ciudad
el usufructo de las cantinas,
un tubérculo en los ojos de los muertos.
He aquí donde el hambre
y el silencio dibujan
en una escama,
el asma de los hombres.
Mencionar cada poema, en esta introducción, sería adelantarnos al descubrimiento que la lectora o el lector pueden hacer con mayor precisión y competencias. Privar de esa complacencia a quienes degusten estos poemas, sería una intromisión avasallante e injusta.
Los espejos de Tláloc es, sin abusar de las dudas, es un libro que nos apresa con cada poema. Es una satisfacción intelectual. No es un libro sin otras pretensiones más que la de ofrecernos poemas con una alta calidad literaria. El equilibrio, la tensión, la fluidez; esa levedad de la cual habla Italo Calvino. Los contrastes y las texturas; la densidad y la profundidad de la propuesta del poeta.
No se puede esperar menos de una persona que ha elegido el más proletario, duro y complicado, pero digno, oficio del poeta.
A pesar de que la escritura del poema es individual, no deja de ser un constructo es colectivo. Y ese colectivo convida experiencia; convida cosmogonía; convida folklore; convida sus vivencias y circunstancias, igual, comparte sus viajes, sus travesías. El poeta Jorge Madrid nos comparte en este poemario esos recorridos en estos poemas bien logrados.
Como diría Gustavo Bueno, en esta cita de Poetizar:
la poesía, como todo acto del espíritu, es una realidad compleja. Esto quiere decir que contiene mezcla de otras actividades espirituales y biológicas. Poetizar implica respirar, cargar la estilográfica, dejar paso a la rítmica ley de la expresión, elevar los ojos al cielo o recibir en ellos las transparentes lágrimas que brotan de una emoción pura.8
Mientras tanto, nosotros, sólo podemos concluir con un: bienvenidos a esta travesía por los poemas de Los Espejos de Tláloc del poeta Jorge Madrid.
Tres poemas de Los espejos de Tláloc

La victoria de Gualcho
A Morazán
El bronce no dilata la memoria,
la perenne luz de las hazañas,
el usufructo de la sangre;
palabra herida en la espada,
ofrenda de la victoria de Gualcho.
Ahondar en sus golpes más recientes
es pasar por la complicidad
de las campanas
y su funesta sacristía.
(Un pasado tan adyacente
y otrora)
Hasta las lágrimas son una escama
para agitar la vastedad de los pinos.
Incólume.
Como decir que
lo excelso no mira
ni es coautor de la bajeza militar.
Si tiene voz un estandarte
es la efigie de Morazán.
*Los Espejos de Tláloc, 2022 (p.31)
En el desierto los errantes mueren
Apartados de la lumbre
encendida en la usura de la frontera,
sortean el filo de un espino,
la morosidad de su calzado
sumido en el delirio de las dunas,
el aullido del coyote al pie de una vereda.
La exultación de los guías bajo el efecto del Sotol
en las ruinas de Coyame.
En el desierto los errantes mueren
Aferrados a la mirada robusta de un escorpión;
proscritos en el tambor de un Apache,
asediados por la bruma del mediodía
y el bramido de un bisonte.
*Los Espejos de Tláloc, 2022 (p.35)
Los muertos no hablan de su partida
Su silencio escupe la zarza de los álbumes,
cubre como una venda las manos del filo de una cuma;
un carrusel al girar alrededor de una parábola.
El afecto a la sombra dejada
en el pulso tembloroso de una hoja.
Las migas esparcidas en el metro
para alimentar la figura esbelta
de una paloma.
Los ojos desprovistos de un recado.
Una fogata encendida con las llagas de los pies.
Los muertos no hablan de su partida
ni del muro alzado,
sobre el deseo de su retorno.
*Los Espejos de Tláloc, 2022 (p.53)

Bibliografía
- Bueno, G. (Diciembre de 1953). Poetizar. El Basilisco (96), 379. Recuperado el febrero de 2022, de:
//www.filosofia.org/hem/195/95312gb.htm#:~:text=Poetizar%20es%20fundar%20 el%20ser,como%20acto%20de%20expresi%C3%B3n%2C%20po%C3%A9tica.
↩︎ - Nicol, E. (1990). Formas de Hablar Sublime Poesía y Filosofía (Primera ed.). México D.F., México, México: Universidad Nacional de México. ↩︎
- Heidegger, M. (1992). Arte y poesía. (S. Ramos, Trad.) México D.F. , México, México: Fondo de Cultura Económica. ↩︎
- Heidegger, M. (1992). Arte y poesía. (S. Ramos, Trad.) México D.F. , México, México: Fondo de Cultura Económica. ↩︎
- Heidegger, M. (1992). Arte y poesía. (S. Ramos, Trad.) México D.F. , México, México: Fondo de Cultura Económica. ↩︎
- Nota: Cem Anahuác era el nombre que le daba el pueblo náhuatl a las tierras donde ejercían su influencia. ↩︎
- Sahagún, F. B. (1829). Historia General de las cosas de la Nueva España (Vol. 1).
(A. Valdéz, Ed.) México D. F., México, México: Imprenta de Alejandro Valdéz. ↩︎ - Bueno, G. (Diciembre de 1953). Poetizar. El Basilisco (96), 379. Recuperado el febrero de 2022, de:
//www.filosofia.org/hem/195/95312gb.htm#:~:text=Poetizar%20es%20fundar%2
0el%20ser,como%20acto%20de%20expresi%C3%B3n%2C%20po%C3%A9tica. ↩︎
El autor del prólogo

ELVIN MUNGUÍA, hondureño, poeta, narrador, antólogo, extensionista cultural, editor (Goblin Editores), consultor, fotógrafo, economista. Doctor Honoris Causa por la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadísticas de México (2023); expresidente de la Academia de Poesía de Honduras; exsecretario General del Consejo Regional de Cultura de Atlántida (2009-2012), entre otros cargos. Ha publicado 27 libros. Su obra ha sido traducida parcialmente al italiano, portugués, bengalí e inglés.
Entre sus títulos publicados están: La soledad y el silencio (1999); 7 cuentos sin hadas (2007); La calle sin nombre (cuentos 2008-2010 Goblin Editores), En el Sueño de la Sombra (cuentos, Goblin Editores 2009), Poemas cotidianos para Breya (Goblin Editores 2011); Brevedades y Rosarios (Poemas, Goblin Editores 2010), La Absolución del Círculo de los Cuatro Jinetes, (novela, Goblin Editores 2010/2013/2015); Tres Libros Reunidos (Poesía Goblin Editores 2013); Cuando la Muerte Deje de Soñarme (Poesía, Goblin Editores, 2016, Amazon 2022); 7 Cuentos Ígneos (Goblin Editores, 2019, Amazon 2022) El Escritor Como Científico en las Sociedades del Simulacro(Goblin Editores, 2012); Viejos poemas de amor para Salomé I. Wolf (Goblin Editores, 2022 – Amazon, 2022); Arte oscura en las intermitencias del siglo (Goblin Editores 2022-Amazon, 2022); En donde la lluvia toca ese Jazz Sepia (Goblin Editores 2012-Amazon, 2022); Hemorragia de la arcilla (Goblin Editores 2012-Amazon, 2022) ); Ixchara (Colmenart, Costa Rica, 2023). Entre otros títulos.
También ha publicado las antologías:
Antología de poesía: Tratado Mesoamericano de Libre Poética Ecos Náhuatl, Honduras-México, (Goblin editores 2015); Relatos impresionantes de autores impresionantes (Goblin editores 2010); Antología del cuento hondureño siglo 21 (Verbo Editores 2012), en colaboración con los escritores: Melissa Merlo e Israel Serrano; Legión Barahúnda Antología poética de Lienzo Breve (Goblin Editores, 2017); Antología del Festival Internacional de Poesía de Aguacatán FIPA (Goblin Editores, 2016.
Investigación: Memoria Histórica de Dolores, Intibucá:
Diversos ensayos en blogs, periódicos, comentarios, prólogos y comentarios en diversos libros.
