EL VIENTO DEL ALBA, EL TIEMPO Y LO QUE TIENE QUE VER CON DIOS EN LOS POEMAS DE EMÍN NAVID RODRÍGUEZ
Este prólogo fue publicado en el poemario “El percibe el pulso de Dios” en octubre de 2022
Escritor
Elvin Munguía
La poesía, a pesar de las formas poéticas o las estructuras que la ordenan, no está sometida a ellas. En su desorden, se organiza de forma tal que, como se ordena una constelación, una galaxia o el universo mismo, mantiene, en sí misma, un flexible, pero irrompible equilibrio: Estética y razón; dos elementos que convierten las palabras en poesía. Aunque, la poesía, inevitablemente, pareciera que está más allá de la simple creación humana y que, igual que una deidad ubicua, está en todas partes. No está solo en la luz, sino también en la oscuridad; no está solo en la materia, sino en la energía y sus contrapartes. Si hubiese otra dimensión, la poesía estaría sobre ella. Tiene esta capacidad de ser entendida, percibida o simplemente sentida en cualquier momento, es como una especie de entrelazamiento cuántico del pensamiento. En cuanto a esto, dice Octavio Paz en El Arco y la Lira:
Hay poesía sin poemas; paisajes, personas y hechos suelen ser poéticos: son poesía sin ser poemas. Pues bien, cuando la poesía se da como una condensación del azar o es una cristalización de poderes y circunstancias ajenos a la voluntad creadora del poeta, nos enfrentamos a lo poético (Paz, 2015)1.
Un poema se convierte en una partícula de ese misterio que es la poesía y la poesía es un misterio universal como cualquier singularidad que aún no tiene explicación, pero igual está ahí. Si lo viéramos de esta manera, el poema, es el grano que se desplaza a través del tiempo y del espacio. Es lo que mantiene una cuántica estructura y unifica cualquier idea por muy disparatada que esta sea. Posee una extraña geometría.
Es inevitable citar nuevamente a Paz:
El poema no es una forma literaria sino el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre. Poema es un organismo verbal que contiene, suscita o emite poesía. Forma y substancia son lo mismo (Paz, 2015)2.
Para Humberto Eco: La estructura es inevitable y necesaria en todo, sea que se ordene de manera arbitraria o se estructure de forma sistemática (Eco, 2005)3. Aun así, aquello que explicaban los griegos sobre que del Caos surge el orden, aunque sea un ojo o un dios que lo propone y luego hereda ese orden, se aplica a la poesía, muchas veces dispuesta a ser descifrada como una ecuación compleja. Hay un orden entrópico y simultáneamente convencional en ella. Se genera o se produce un cosmos, un cosmos que trasciende causas y efectos. Es una especie de conciencia en la estructura de la poesía. Más allá de las lenguas y de los lenguajes se explica así misma y lo alberga todo, así como se transforma y se reorienta. Esa es una de las condiciones de la poesía en su estructura, -resiliencia de la poesía- trasciende tiempos y espacios y se ordena en un cosmos entrópico, un cosmos cuya programación no está en la pureza del orden que pueden distinguir los ojos de la observación simple, sino que se ordena para sí misma en la polidimensionalidad de la mente humana y la singularidad universal. Al igual que su complejidad adaptativa a cualquier tiempo y las variables de su fenomenología como proceso y finalidad de la información que transmite infinitamente. Como lo explica Murray Gel-Mann en El Quark y el Jaguar, cuando se refiere a la comprensión de las estructuras:
El reconocimiento de formas es algo natural para los seres humanos; después de todo, nosotros mismos somos sistemas complejos adaptativos. Poseemos en nuestra naturaleza, tanto por herencia biológica como por transmisión cultural, la capacidad de reconocer patrones, identificar regularidades, construir esquemas mentales. A menudo, estos esquemas son favorecidos o relegados, aceptados o rechazados, en respuesta a presiones selectivas muy diferentes de las que operan en el mundo de la ciencia, donde es tan fundamental el acuerdo con la experiencia (GelMann, 2005)4.
Emín Navid Rodríguez Martínez, Poeta, autor de los títulos, Estirando el Tiempo (Primera edición, 2008; Goblin Editores, 2010) y El Lobo Percibe el Pulso de Dios (Goblin Editores, 2022). Ingeniero Agrónomo egresado del Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico (UNAH-CURLA) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Máster en Educación Rural Centroamericana por la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA).Premio Nacional de Poesía “Clementina Suárez” en el 2007.Desde hace 8 años, ha coordinado las acciones de la Red de Institutos Técnicos Comunitarios (RED-ITC) para la implementación del modelo educativo comunitario EDUCAR. Como gestor cultural, ha promovido la realización de varios eventos culturales y encuentros de poetas y escritores. Es cofundador del sello editorial “Goblin Editores”, el cual ha promovido la literatura hondureña a través de la publicación de obras y varios autores hondureños. Ha liderado, junto al equipo de RED-ITC y SEDUCC, la reforma curricular del sector Agroalimentario. También es promotor de la conformación de la Red Agro.
La poesía se presenta en formas tan diversas como serrines existen en el universo. Desde la poesía de largo aliento, hasta la poesía breve en sus distintas manifestaciones: micropoesía, epigrama5, landai6, haiku7, rubaiyat8, poesía náhuatl, entre tantas otras estructuras y representaciones poéticas. No obstante, en todas ellas, se mantienen constantes los elementos fundamentales: el cómo, el qué y el cuándo (Estética y sofía, momento y lugar; forma y fondo, tiempo y espacio; beldad y reflexión, contexto y hecho).
Una de estas estructuras poéticas, que debemos inevitablemente mencionar, es el epigrama. El epigrama que nace en la antigua Grecia tardía y que se disemina por todo el mundo conocido de ese momento, se refiere a la condensación del pensamiento a través de un lenguaje que mantenga un riguroso equilibrio en su composición (Castillo, 2005).9
La poesía epigramática, aunque abarca todo tema, tie-
ne sus finalidades. Más allá de ironizar, nos manda, como cualquier otra manifestación poética, a reflexionar, pero esta reflexión no se fundamenta en una tesis extensa sino más bien, desde la administración del decir o Economía verbal diría Octavio Paz. Profundizar en lo expuesto en unos pocos versos (el verso como una sub-partícula del poema, mesones y bariones de la poesía).
Recibiendo La orden Morazán por su contribución a la Educación; reconocimiento que se le entrega únicamente a personas que han hecho una importantísima aportación al desarrollo de Honduras.
El epigrama, como todo poema lacónico, necesita ser certero, preciso, posible, denso, fluido y como toda manifestación de la poesía, debe estar sujeto a las probabilidades y no al entendimiento desde el punto de vista objetivo, puesto que no es plano sino multidimensional y multiuniversal así como polisémico. Su código está por encima de la expresión común, aunque el ser humano, pareciera tener una programación o una disposición natural hacia los códigos estructurados de forma compleja (poesía, matemática, programación informática, música, códigos binarios). No por gusto, todos los matemáticos y físicos utilizan la vieja frase, es como poesía, cuando van descubriendo los secretos de sus áreas.
La poesía: manifestación del microverso. Universo visto desde el pestañeo, desde el microscopio de las causas y sus afecciones. El pensamiento sometido a la velocidad de la chispa y a la imperceptibilidad del ojo. Velocidad de la idea, ojo de la mosca. Rápida pero profunda interpretación de la realidad y sus recovecos. Velocidad de la partícula. La poesía: precisa interpretación de la existencia cuántica y su dominio sobre cualquier espiritualidad o cualquier materia. Si en su primer libro, Estirando el Tiempo (Primera edición Marsepia 2008; Goblin Editores, 2010), el poeta Emín Navid Rodríguez, expone que, el tiempo es plástico, maleable, dúctil; que puede ser estirado, en el flash del epigrama, indefectiblemente hasta constituirse en una saludable blasfemia. Acá, nuevamente, desde su teología, nos presenta otro aspecto del tiempo, su dimensionalidad tangible, pero, igual, abstracta; o la inevitable que nos arrastra hacia los bordes desconocidos del universo. Esas flechas del tiempo de las que habla Hawking en la sexta conferencia de La Teoría del Todo: La dirección del tiempo (Hawking, 2007).10
El tiempo con su estática y su dinámica. Inevitablemente yendo hacia adelante como sagitas incontenibles. Tiempo sicológico, tiempo termodinámico, tiempo cosmológico y un último tiempo, al cual muy pocos se refieren, no el tiempo de los físicos sino el tiempo sometido a la poesía que implica nacimiento y anulación del mismo; más allá de la gravedad y sus efectos sobre el tiempo, la poesía sobre estos dos. Esto es lo que logra en el primer libro el poeta, convertir el tiempo en algo que puede ser extendido sin llegar a un punto de ruptura. Sin embargo, su logro más grande es contraer el tiempo en la economía del lenguaje. Decirlo todo y en poco.
En este tercer libro, El lobo percibe el pulso de Dios, el poeta mantiene esta relación con el tiempo, pero también el dulce cuestionamiento existencial. Todo desde la estructura poética del epigrama.
Es pertinente atisbar este nuevo libro de Emín Navid Rodríguez, desde los tres elementos que lo constituyen: El viento del alba, El Tiempo y Lo que tiene que ver con Dios. La primera parte se le puede configurar como la trivialidad en un estado de reposo, el reposo también como un momento no de aburrimiento sino de reflexión. Luego, el tiempo como una variable inevitable y persistente. La tercera parte, es una profundización desde la visión no puramente teológica sino un cuestionamiento existencial en cuanto al ser humano y su simbiosis con el mundo espiritual. Todo esto analizado y expuesto desde una estructura poética sometida a la brevedad.
De El viento del alba y El Tiempo y, Lo que tiene que vercon Dios, componen El Lobo Percibe el pulso de Dios.
Lo trivial es una constante en los poemas y también una contradicción inevitable, porque nada que reciba la oportunidad de habitar un poema puede ser nimio. La trivialidad es un estado, no de inmovilidad, sino más bien una acción monótona y terrible que lleva al hastío y a la depresión o a la ansiedad, estados que también son otras formas de muerte.
Tal como lo expone Albert Camus en El Mito de Sísifo: No hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza (…), pero solo es trágico en los momentos en que se vuelve consiente (Camus, 2006). Esa trivialidad que no es otra cosa que un movimiento cíclico, una rutina, que, a pesar de que parezca que hay movimiento, es el estancamiento del tiempo. Muy parecido a esos días en los cuales las personas se encuentran en una oficina o en una fila y esta no presenta avance alguno y se consulta el reloj y pareciera que no ha transcurrido siquiera un minuto. Tiempo sicológico, tiempo sin movimiento. Flecha que aún no ha sido arrojada.
Esto postula la tesis que presenta este nuevo libro de poe-
mas de Emín Navid Rodríguez. El tedio que experimenta el ser humano a cada instante. Tedio que se exhibe a través de lo trivial donde nacen las conjeturas de la existencia misma. Esa trivialidad del tiempo que parece estancarse. Trivialidad y tiempo parece pertenecer a un mismo aspecto. No hay transcurrencia, todo está dando vueltas sobre sí mismo. Unas manecillas dando vueltas sin que espere ningún otro fenómeno, más que dar la vuelta a los 24 fragmentos de un ciclo. Es el viento del alba que permanece inalterable.
Lo trivial está asociado con lo nimio, con lo insignificante, pero también con lo cotidiano. El cuestionamiento no hacia la creencia, sino hacia la consecuencia de las acciones de la vida y sus hartazgos.
En el apartado de Lo que tenga que ver con Dios es donde se manifiesta la levedad del existencialismo y también su gravedad. El lobo no se enfoca en la luna, sino en la necesidad de aullar al sordo universo. Un aullido como una nostalgia asfixiante. Trivialidad de la existencia. Tiempo apático a la esperanza del movimiento. Pulso feroz del lobo hacia un dios del orden y sus galimatías.
El lobo percibe el pulso de Dios, es un libro con una estructura que marca tiempos; compases que van dictando la música que lo contiene. Un poemario que poco a poco en su constitución va ofreciéndonos una cosmovisión profunda de la humanidad y sus complejidades.
Tres poemas de Emín Navid Rodríguez
Al abuelo Entre tú y yo nos sobran estas flores, donde el sol se entierra a ratos, con tus historias de la guerra. Tus ojos pueden medir el sufrimiento. Insistes en que el doctor no sabe nada de la vida y que masticar el tabaco siempre es más real que sus diagnósticos.
Lo mío, dices, no es más que la entrega voluntaria de esta vida al lugar que pertenece y por favor, no lo llames muerte.
Como si llorar fuera cosa de los dioses para hacerlo de una manera desinteresada como si fuera una costumbre solamente o como para decirle a un hijo:
así se llora hijo mío, pero el dolor, el dolor es solo tuyo.
Hoy domingo
Mis ojos no logran traspasar el cielo falso.
El reloj estira sus manecillas como brazos que piden auxilio. Cigarrillos mutilados enterrados en el cenicero, se lamentan.
La corriente de un río se precipita hacia el lunes.
Mi brazo, siempre a la espera de convertirse en tu almohada.
Bibliografía
Paz, O. (2015). El Arco y La Lira. México D.F., México: Fondo de Cultura Económica. ↩︎
Eco, H. (2005). La Estructura Ausente. En H. Eco, & DeBolsillo (Ed.), La Estructura Ausente: Los Fundamentos de la Investigación Semiótica (F. S. Cantarell, Trad., págs. 343-359). Barcelona: DeBolsillo. ↩︎
Gel-Mann, M. (2003). El Quark y el Jaguar. Barcelona, Barcelona, España: Tusquets Editores, S.A. ↩︎
Nota: Calímaco de Cirene (310-240 a. C.) ha sido uno de los máximos exponentes de la poesía epigramática. El epigrama cuya constante es de los dos versos hasta los 16 o 17 versos. ↩︎
El landay, es una forma de micropoesía, la cual es desarrollada por las mujeres de la tribu pashtun (Afganistán). Muchas veces se reduce a uno o dos versos. Esta forma de poesía en su lengua. ↩︎
Haikú es una forma poética japonesa y perfeccionadas por Matsuo Basho. En 1956 Octavio Paz y Eikichi Hayashiya realizan la primera traducción de uno de los grandes libros de Basho: Oku no Hosomichi o Sendas de Oku. En Latinoamérica uno de los grandes poetas que inicia con el haikú, fue José Juan Tablada que se le debería considerar como uno de los grandes vanguardistas, pero que no se le dio ese reconocimiento. Posteriormente otro magnífico poeta que experimentó el haikú en Latinoamérica fue Mario Benedetti. En Honduras, Julio César Pineda con su libro: Palabra Esculpida. En donde se encuentran haikús de gran calidad poética. ↩︎
. Rubaiyat que se puede ver como canto o cuarteto por la forma en que está estructurado. Es una Forma poética cuyo autor principal fue Omar Khayyam (1048-1131) y cuyo libro lleva el mismo nombre. Poesía hermosa y profunda, propia de un poeta que ve todo desde las matemáticas, la ciencia y la filosofía. ↩︎
Castillo, H. (2005). Introducción Calímaco Epigramas. En H. Castillo, y Losada (Ed.), Calímaco Epigramas (H. Castillo, Trad., pág. ↩︎
Hawking, S. W. (2007). La Dirección del Tiempo. En S. W. Hawking, & P. R. Editorial (Ed.), La Teoría del Todo: El Origen y el Destino del Universo (J. G. Sanz, Trad., págs. 112-114). Ciudad de México., México, México: Debolsillo, Penguin Random House Grupo Editorial. ↩︎
Prologuista
ELVIN MUNGUÍA, hondureño, poeta, narrador, antólogo, extensionista cultural, editor (Goblin Editores), consultor, fotógrafo, economista. Doctor Honoris Causa por la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadísticas de México (2023); expresidente de la Academia de Poesía de Honduras; exsecretario General del Consejo Regional de Cultura de Atlántida (2009-2012), entre otros cargos. Ha publicado 27 libros. Su obra ha sido traducida parcialmente al italiano, portugués, bengalí e inglés.
Entre sus títulos publicados están: La soledad y el silencio (1999); 7 cuentos sin hadas (2007); La calle sin nombre (cuentos 2008-2010 Goblin Editores), En el Sueño de la Sombra (cuentos, Goblin Editores 2009), Poemas cotidianos para Breya (Goblin Editores 2011); Brevedades y Rosarios (Poemas, Goblin Editores 2010), La Absolución del Círculo de los Cuatro Jinetes, (novela, Goblin Editores 2010/2013/2015); Tres Libros Reunidos (Poesía Goblin Editores 2013); Cuando la Muerte Deje de Soñarme (Poesía, Goblin Editores, 2016, Amazon 2022); 7 Cuentos Ígneos (Goblin Editores, 2019, Amazon 2022) El Escritor Como Científico en las Sociedades del Simulacro(Goblin Editores, 2012); Viejos poemas de amor para Salomé I. Wolf (Goblin Editores, 2022 – Amazon, 2022); Arte oscura en las intermitencias del siglo (Goblin Editores 2022-Amazon, 2022); En donde la lluvia toca ese Jazz Sepia (Goblin Editores 2012-Amazon, 2022); Hemorragia de la arcilla (Goblin Editores 2012-Amazon, 2022) ); Ixchara (Colmenart, Costa Rica, 2023). Entre otros títulos.
También ha publicado las antologías:
Antología de poesía: Tratado Mesoamericano de Libre Poética Ecos Náhuatl, Honduras-México, (Goblin editores 2015); Relatos impresionantes de autores impresionantes (Goblin editores 2010); Antología del cuento hondureño siglo 21 (Verbo Editores 2012), en colaboración con los escritores: Melissa Merlo e Israel Serrano; Legión Barahúnda Antología poética de Lienzo Breve (Goblin Editores, 2017); Antología del Festival Internacional de Poesía de Aguacatán FIPA (Goblin Editores, 2016.
Investigación: Memoria Histórica de Dolores, Intibucá; diversos ensayos en blogs, periódicos, comentarios, prólogos y comentarios en diversos libros.